Este blog no es formal, no es profesional, no es ni siquiera pensado, es simplemente un reflejo de mi vida y estado de animo actual en austria, pais que me acogio con los brazos semi-abiertos para estudiar. Nota: el lenguaje del blog sera sarcastico, serio en su momento (no muy seguido) y sobre todo informal rozando los limites de la jerga y la groseria. En otras palabras, cucufateria limeña, padres de familia y abuelas religiosas reza rosarios interdiarios, favor de abstenerse.

jueves, 23 de julio de 2009

Punto de quiebre (parte 1)


Acá me tienen de nuevo, como dije , estuve ocupado el inicio de julio y luego no tuve nada para escribir... bueno en realidad tuve mucho para escribir pero lo deje por un tiempo para organizar mi desorganizada vida y tratar de que las cosas sigan su rumbo. Lo logré.
Hoy quiero contarles una anécdota, algo que le paso al amigo de un amigo que se llama Roberto.
Se encontraba en una noche cualquiera, común y corriente como cualquier otra. Música, internet, guitarra en la cama, msn abierto, etc. . Esa misma noche se había puesto a pensar que hubiera sido de él si hubiera tomado otra desición en su vida. Si hubiera decidido postular a una beca en la católica, si hubiera decidido quedarse en lima, si hubiera terminado su carrera y se hubiera ido a Canadá, si hubiera optado por ser músico y no ingeniero, en estas cabilaciones se encontraba dando vueltas en su mente, de un lado para otro acompañado por los suaves acordes de una canción de maná hasta que un timbre del msn lo saco de su trance.
Era una ponjita llamada Sumiko, ellos se conocieron casualmente, de la manera más inesperada, vía chat. El quemaba el tiempo que le sobraba luego de haber leído su correo electrónico en una cabina de internet , ella estaba por primera y única ves en el chat para probar como era conversar con personas desconocidas. Se pasaron mas de 30 minutos en el chat, Roberto tuvo que pedir que le aumentaran el tiempo en las cabinas porque se sentía muy a gusto hablando con esta chica desconocida hasta el momento. Luego de hacerse las preguntas clásicas cuando conoces a alguien; tales como "como te llamas?" , "cuantos años tienes?", "en que colegio estas?" (teniendo en cuenta que Roberto había acabado el colegio 1 año antes y que ella estaba en 4to de secundaria), "que carrera piensas seguir?" ; Roberto se animo a preguntarle su e-mail o teléfono. Ella bastante cauta y temerosa decidió solo darle el e-mail para evitar ser acosada. En caso el desconocido fuera demasiado insistente a ella le bastaba con borrarlo de su lista de contactos del msn para acabar con el problema.
Así pasaron los días y las conversaciones de muchas horas en el msn, por esos días a Roberto finalmente le instalaron internet en su casa y ya no tenia que verse esclavo del reloj y la billetera en las cabinas de internet. En esas conversaciones Sumiko fue ganándole confianza al desconocido y luego de un tiempo acepto darle su numero de teléfono. Él la llamó y hablaron largo y tendido, se reían de todo y de nada, hablaban del colegio, de la academia preuniversitaria , etc. . Siguieron hablando por casi una semana y cuando ya se sentía más en confianza, él se aventuró a pedirle que se encontraran en algún sitio. Al ser aún bastante menor en ese tiempo, la madre de sumiko no dio el permiso necesario para que se encontraran en un centro comercial de la capital, tal como Roberto hubiera querido. En cambio ella propuso que se encontraran en la academia de natación a la que asistía. Ella era una pecesita confesa, entrenaba en una de las más prestigiosas academias de Lima y tenía un nivel bastante bueno. Esa seria la primera ves que se verían las caras. Él se pasó horas en el espejo, arreglandose, se afeito (cosa rara en él), limpió sus zapatillas, se puso la mejor chompa que tenía y se dirigió a la academia.
Al llegar ahí se sentó en una de las bancas que se ubicaban al lado derecho de la piscina. Buscaba a Sumiko tratando de asociar la voz dulce que había escuchado días antes en el teléfono con un rostro de niña inocente. Se sentó y observo a cada una de las chicas que estaban metidas en la piscina para aplicar el método deductivo que tan buenos resultados siempre le había dado además de que era una buena distracción para matar el tiempo mientras terminaba la clase. Gracias a dios no había muchas personas ese día en la academia y por eso él pensó que el descarte no iba a ser tan complicado aunque minutos más tarde se daría cuenta que bajo el agua era mucho más difícil reconocer los rostros de las personas. Comenzó a comparar los datos que tenía de la voz del teléfono con las chicas de la piscina. Tenía 14 años y posiblemente ojos rasgados por tener ascendencia nipona (al menos eso asumía por el nombre y apellido: Sumiko Yokashi), no podía tener más datos del aspecto de la chica en cuestión porque no la había visto ni siquiera en foto hasta ese día, ella se había negado a mostrarse en foto con la excusa de que no salía bien en ninguna foto. Mientras observaba detenidamente a cada una de las chicas que nadaban de un lado para otro de la piscina con distintos estilos trataba de ver los rasgos de los ojos, esa era su mejor opción para descartar a las chicas que no podían ser Sumiko. Después de un rato se volvió a ver a las demás personas que se encontraban sentadas en las bancas. Fue ahí cuando descubrió que la mamá de Sumiko tenia que ser la única señora con rasgos japoneses.
Al terminar la clase Roberto ya había terminado de hacer su análisis y solo tenia 2 posibles candidatas que podrían calzar el nombre de Sumiko y la voz dulce del teléfono. Salían una a una de la piscina y se iban a los vestidores no sin antes ir a ver a sus mamás para pedirles la mochila que habían dejado con ellas. Roberto no se había equivocado, Sumiko era la chica con el gorro de natación amarillo.

Al salir del vestidor ella se le acercó con el cabello aun mojado y en un tono un tanto dubitativo e interrogativo le pregunto
- Roberto?
- Así es, tu debes de ser Sumiko.
- Si hola que tal y que te cuentas?
Así pasaron los escasos 10 minutos que tuvieron para hablar. Luego la mamá de Sumiko la llamó para decirle que tenían que irse. Él la saludo de lo más cortez y maldijo un poco su suerte. Había echo un viaje bastante largo, casi la mitad de la ciudad, aproximadamente 45 minutos en bus para llegar al lugar en cuestión, se había arreglado como para ir a una fiesta y solo había tenido la oportunidad de verla por 10 minutos. Como para consolarse un poco se dijo a si mismo que las cosas de mayor valor son las que cuestan muchísimo más conseguir, además que la primera impresión es la que cuenta, si se aparecía en la academia de natación con los polos con los que siempre iba a la academia (bastante desgastados porque a fin de cuentas... a quien le importaba medio pito como estaba vestido un preuniversitario? y entre otras cosas, la gran mayoría de los chicos que iban a esa academia eran de condición humilde así que no había razón para ufanarse con ropa de marca y demás tonterías que siempre le parecieron frivolidades) , con la barba de 5 días que usualmente usa y con el pelo sin peinar todo hubiera quedado en ese primer y último capitulo pero no fue así, la historia sigue para largo...

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